La falta de anfibios y reptiles en la tundra puede atribuirse a las condiciones extremas del clima, como las bajas temperaturas y los suelos congelados, que son menos favorables para estas especies de sangre fría. Además, la disponibilidad limitada de hábitats acuáticos y la corta temporada de crecimiento pueden dificultar la supervivencia y reproducción de estos animales en ese entorno.